Francisco ha empezado a trabajar y sueña con alquilar una habitación a fin de mes. Carmen tiene una amiga que le deja lavar la ropa en su casa. Mohamed ha salido hoy de la cárcel pero no tiene donde ir. Los tres duermen en las calles de Barcelona y esta pasada noche nos han explicado su situación, en el marco del censo de personas sin hogar que impulsamos desde Arrels. Os explicamos lo que hemos encontrado.

Hace una semana que Carmen y su compañero duermen en un parque del Paralelo. Antes estaban cerca del mar pero un policía les dijo que tenían que moverse y se fueron. Se han instalado junto a un banco de madera, debajo del cual dejan las bolsas y en el suelo preparan todo para dormir: Carmen con un saco; su compañero y otro amigo que hoy está con ellos, con una manta grande y dos cojines. Son las 03:30h de la madrugada pero, aún así, Carmen quiere responder la batería de preguntas que dos voluntarios le hacen: ¿desde cuando duermes en la calle? ¿Has sufrido agresiones? ¿Cómo estás de salud? ¿De quien recibes ayuda? ¿Consumes alcohol o drogas?

Diez metros más allá, Mohamed charla con dos voluntarios más. Acaba de salir de la cárcel pero no tiene donde dormir y ha venido al parque “para estar tranquilo” y porque otras veces ya lo había hecho. Hace 30 años que vive en Barcelona, ​​no está empadronado y esta noche su cama es un banco del parque y una alfombra le hace de colchón.

Casi 200 personas voluntarias hemos recorrido las calles de Ciutat Vella, Eixample, Sants-Montjuïc y Sant Martí durante la pasada noche para hablar con las personas que duermen al raso. La acción se enmarca en el censo de personas que duermen en la calle, que tiene como objetivo conocer de primera mano su situación, saber qué grado de vulnerabilidad sufren y orientar en la mejora de los recursos y las políticas que ya existen. Esta noche hemos encontrado 506 personas durmiendo en la calle y 193 han querido responder a las preguntas que les hemos hecho.

“El esfuerzo de vivir en la calle me ocupa todo el día”

En el parque donde duermen Carmen y Mohamed viven seis personas, y otras ocho personas lo hacen en unos jardines que hay al lado. En tres horas, la veintena de voluntarios que ha recorrido varias calles cercanas al Paralelo ha entrevistado a 26 personas sin hogar.

En Barcelona hay 1.026 personas durmiendo en la calle. La cifra está actualizada porque hace unas semanas se realizó un recuento en la ciudad pero se trata de una cifra de mínimos porque mucha otra gente duerme escondida y no la vemos. De todas estas personas sabemos pocas cosas, por eso el año pasado organizamos desde Arrels el primer censo de personas sin hogar y este año lo volvemos a repetir. El censo de 2016 recogió la voz de 348 personas que dormían en la calle y dejó ver que el 70% hacía más de un año que vivía en la calle, que el 19% sufría una situación de mucha vulnerabilidad, y que una de cada cinco personas no puede hacerse cargo de las necesidades básicas.

“Tener que dormir en la calle es una experiencia extra traumática. Tienes que luchar por no perder la autoestima porque sino puedes caer en el alcohol o en problemas”, explica Francisco. Acostado sobre un cartón y tapado con una manta, comenta que hace siete años que no tiene una vivienda, que por suerte viviendo en la calle no ha sufrido ninguna agresión y que ahora hará dos meses que trabaja y con el próximo sueldo espera poder alquilar una habitación . “Si todo va bien, a fin de mes, coincidiendo con mi cumpleaños”, dice.

Unos metros más allá, tumbado en la entrada de un edificio de la administración, otro hombre nos lo deja claro: “Estoy ocupado intentando sobrevivir y no tengo tiempo de ir a la playa ni de hacer nada que me guste, el esfuerzo de vivir en la calle me ocupa todo el día”. Vive en Barcelona desde hace tres años, ha pasado seis meses en un albergue y afirma estar “cansado de enviar currículos, hacer entrevistas y esperar un trabajo que no llega”. Las historias que hemos conocido esta pasada noche reafirman la información del año pasado y hablan de dignidad, de apoyo de los vecinos y de entidades sociales, de enfermedades crónicas, de desprotección y de muchas personas que han dejado atrás su país y que ahora duermen en la calle. La mayoría de las 26 personas que hemos entrevistado en el Paralelo, por ejemplo, proceden de países tan diversos como Italia, Albania, Zambia, Pakistán y la India.

500 voluntarios para decir #nadiedurmiendoenlacalle

El censo de personas que duermen en la calle continuará durante las dos próximas noches gracias a la implicación de unos 500 voluntarios y voluntarias, muchos más que el año pasado. La experiencia significa una oportunidad de sensibilización e implicación de primera mano.

“Esta noche he entrevistado a dos personas que duermen en la calle y lo que más me ha impresionado es su dignidad, el hecho de no resignarse y tener ganas de superar su situación”, explica una voluntaria. Muchos otros coinciden: la mirada les ha cambiado porque se han encontrado “personas como tú y como yo, respetuosas y amables que han respondido preguntas muy personales y difíciles”.

“Me ha impactado una entrevista a un señor rumano que se ha emocionado explicándome que hace seis años que no consigue mejorar su situación para poder ayudar a su familia”, añade otra voluntaria. Y otra voluntaria, trabajadora social y que cada día trabaja con personas sin hogar, resume las sensaciones de todas las personas que hoy hemos participado en el censo: “Noches como hoy hacen ver que hemos hecho mucho camino pero que aún queda mucho por hacer; tenemos que llegar a todo el mundo y tenemos que encontrar el canal porque hay demasiadas personas durmiendo en la calle “.

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