El modelo Housing First se impulsa en diferentes ciudades europeas, estadounidenses y canadienses, con variaciones según el contexto donde se desarrolla. Tiene, sin embargo, algunos ingredientes que son básicos. Nos lo ha explicado Tim Aubry, experto en el tema.

El gobierno de Canadá puso en marcha en 2008 una investigación en cinco ciudades del país para saber si las personas que vivían en la calle mejoraban antes su situación siguiendo el circuito de atención habitual -con los albergues, centros y servicios tradicionales- o accediendo directamente a una vivienda estable con el modelo Housing First.

La iniciativa significó un estudio y el seguimiento de la realidad de 2.000 personas sin hogar con problemas de salud mental hasta 2014 y finalizó con unas conclusiones claras: las personas que primero acceden a un hogar seguían, en un 75% de los casos, en la vivienda y habían mejorado el estado de salud, ya que se había reducido el número de ingresos hospitalarios y el tiempo de estancia.

Uno de los expertos participantes en el proyecto canadiense es Tim Aubry, especialista en la problemática de las personas sin hogar con enfermedad mental. Aubry asesora a nivel internacional sobre el proceso a seguir para que el Housing First se implemente correctamente y hace unos días participó en Barcelona en el encuentro La aplicación del modelo Housing First en Catalunya, organizada por Arrels. Destaca algunos elementos básicos:

  • Apoyar a la persona para definir objetivos más allá del corto plazo. Un pilar básico del modelo Housing First es el apoyo y el acompañamiento social que se hace a la persona. Este no debería dedicarse sólo a “apagar incendios” sino a ayudar a la persona a “definir sus sueños”, dice Tim Aubry. Se trata de un apoyo “portátil, que no forma parte de las paredes de la vivienda y que la estructura del programa Housing First debería tener en cuenta”.
  • Necesidad de separar la vivienda de los servicios. Con el Housing First la persona que vive en la calle accede a un piso pero sigue utilizando recursos -como centros de día, médicos, etc- que antes ya utilizaba. Con el modelo Housing First se potencia el abanico de servicios (de la misma entidad o de la comunidad) que la persona puede usar y “en ningún caso el servicio condiciona si la persona puede entrar o no a vivir en la vivienda”, explica Tim Aubry.
  • Incorporación de ‘peers’ en los equipos o, lo que es lo mismo, que personas que han vivido en la calle o que han utilizado los servicios, formen parte de los equipos de apoyo y seguimiento social.

41 preguntas para evaluar

Para saber si estos elementos básicos y otros se cumplen, a nivel internacional existe una herramienta que permite evaluar la fidelidad al modelo Housing First. Se trata de una encuesta con 41 preguntas que cualquier entidad o administración puede hacer. Actualmente, diez países están trabajando juntos para evaluar la forma en la que están implementando el Housing First; desde Arrels también participamos.

Según Tim Aubry, no hay que obsesionarse porque no se alcance el 100% de fidelidad para que el proceso avanza poco a poco. En Canadá, por ejemplo, la encuesta resultó un 75% de fidelidad.

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