Gemma ha vivido en la calle. Ahora vive en un piso y forma parte del equipo directivo de Arrels. El día que le explicamos nuestra última campaña www.1millondegracias.org tuvo ganas de involucrar a todo el mundo en el objetivo de #nadiedurmiendoenlacalle. ¡Queremos que os contagie su entusiasmo!

 

¿Qué es lo que más te llamó la atención de la campaña?
Me sentí involucrada al cien por ciento. Pensé que todos, trabajadores, voluntarios y personas atendidas por Arrels teníamos que reivindicar el derecho a tener un hogar. Tenemos que conseguir que los compañeros que están durmiendo al raso puedan dejar de hacerlo pronto. Necesitamos la participación de todos para que la campaña salga adelante. Hay que salir a la calle, hay que repartir vasos y explicar nuestra causa.

¿Qué te parece el vaso como símbolo?
Todos los que hemos vivido en la calle hemos utilizado en algún momento un vaso para pedir dinero para diferentes cosas: alcohol, café, comida… Pero a la vez, las personas que no viven en la calle también usan un vaso para beber un café, un refresco… Es un objeto que de alguna manera tiene utilidad para unos y otros y eso es el hilo que nos une.

¿Crees que es posible recaudar un millón de euros?
¡Ojalá! Será posible si lo hacemos entre todos con alma, con el corazón, con entusiasmo. Yo estoy dispuesta a salir a la calle y a explicar persona por persona, si es necesario, nuestro objetivo. Si las personas no tienen dinero para dar quizás puedan colaborar de otras maneras.

¿Qué dirías a la gente para que se involucre?
A las personas que como yo han vivido en la calle les diría que piensen en cómo ha mejorado su situación desde que tienen un techo y eso lo deberíamos hacer extensivo a las personas que en estos momentos todavía viven en la calle. También pediría a las administraciones que abran más albergues, que los bancos cedan los pisos vacíos … Y, sobre todo, que todo el mundo sea consciente de que todos, vivamos en la calle o no, tenemos los mismos derechos.

¿Qué cambios destacarías entre vivir en la calle o tener un techo?
Desde hace millones de años, el hombre busca un techo para sentirse acogido y guarecerse del sol, la lluvia, el viento y el frío. Además, todos nosotros hemos nacido teniendo un hogar. No pasar frío, no tener que pensar en qué comes y dónde vas, poder cuidar de tu higiene personal, no tener que hacer tus necesidades en cualquier lugar. Disponer de un baño en condiciones, una cama, hacerte la comida que te apetezca… ¡Eso no tiene precio!

Todo eso en el sentido físico pero ¿en el psíquico qué cambia?
Cuando vives en la calle te sientes inferior, despreciada. Llegamos a esta situación por motivos diversos pero siempre crees que es tu culpa, que lo has hecho muy mal para terminar en esta situación y tu autoestima está por los suelos. Te sientes muy lejos de las personas ‘normales’ y piensas que ya no estás a tiempo de hacer nada con tu vida. Estás en el fondo del pozo.
Recuperar un techo no te lo soluciona todo, evidentemente, pero recuperas una vida digna y vuelves a sentirte bien contigo misma.

¡#1millóndegracias, Gemma!

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