Alfonso

Alfonso

"Hay fechas que no se pueden olvidar"

Alfonso.
Cuatro años viviendo en la calle.

“El 16 de julio de 2020, por la mañana, entré a vivir en este piso después de pasar varios años en la calle. Hay fechas que no se pueden olvidar. Me ofrecieron ir a visitar el piso una semana antes pero preferí esperar al día que ya me pudiera quedar a dormir. Fui con mis dos perros, Thor y Ulises, y con un carro donde tenía todas mis cosas: algo de comida y algo de ropa.

He vivido cuatro años en la entrada de una oficina bancaria. Mi futuro lo hacía día a día. Durante el confinamiento también viví en la calle, ¿pero qué tipo de confinamiento puedes tener si vives en la calle? Si no te mata una cosa, te mata otra. Poco antes de entrar a vivir en el piso me llegó una orden que decía que no podía dormir más a la entrada del banco; se llevaron todas mis cosas.

En mi caso, tomar la decisión para entrar a vivir en el piso fue sencillo, solo tuve que decir que sí. Porque si tienes una nevera y una cocina, puedes cocinar; y si tienes una ducha, te puedes duchar. Antes tenía que esperar mucho para poder lavar mi ropa y ahora la lavo cuando lo necesito. Eso es tener un techo. ¡Parecen cosas muy básicas pero no lo son! A veces solo apreciamos el valor de las cosas cuando las tenemos.

En el barrio donde vivo ahora todavía no conozco a nadie pero me siento más seguro, con más intimidad. Me gusta tener el piso limpio, leer, salir a pasear con mis perros y, al regresar, poder darme una ducha. La vida que hago ahora es ordenada y tranquila.

Dicen que hay 1.200 personas durmiendo en la calle en Barcelona. Yo creo que aún hay más personas en esa situación y que los gobiernos deberían actuar y poner en práctica las soluciones que dicen que tienen. También creo que la gente es consciente de que hay personas viviendo en la calle; hay gente que te ayuda y otra que no, no todo el mundo puede y aún existen algunos prejuicios. A los vecinos y las vecinas que se preocupan por las personas que viven en la calle les diría que se acerquen a ellas, que les hablen y les pregunten qué necesitan. Necesitamos empatía, porque a las personas hay que saberlas cuidar.”