1.231 personas duermen al raso en Barcelona. Es el resultado del recuento que realizamos la noche del 15 de junio, con el apoyo de 522 personas voluntarias que recorrieron los barrios de la ciudad y encuestaron a 354 personas que viven al raso. Esta cifra es de mínimos y evidencia que hace falta más atención social y políticas públicas para hacer frente al sinhogarismo.

 

La noche del 15 de junio detectamos 1.231 personas durmiendo al raso, una cifra que supera la del año pasado y que evidencia que tener que vivir en la calle no es un hecho normal. Cada vez son más las personas que se ven abocadas a hacer vida al raso. Dormir o intentar descansar, siempre atentas al que pueda pasar; comer, ocupar el tiempo libre, ir al lavabo o ducharse son actos que hacemos de manera rutinaria las personas que disfrutamos de un alojamiento, pero para las personas que viven en la calle se pueden transformar en dinámicas difíciles de sostener, tanto en invierno como el verano.

“Es urgente que las administraciones destinen más recursos al sinhogarismo, un problema que afecta cada vez más a una gran parte de la población y que tiene que ver con el acceso a derechos tan básicos como el de la vivienda, entre otros”, afirma Ferran Busquets, director de Arrels. La implicación de la ciudadanía es también un pilar indispensable en este sentido. “El hecho que tantas personas hayan participado como voluntarias en la acción del 15 de junio y que la ciudadanía siga preocupada y actuando es clave”, añade.

 

Ciutat Vella, el distrito donde más personas duermen al raso

Este año las personas que han participado de la encuesta recorrieron 61 barrios de la ciudad de Barcelona la noche del 15 de junio y localizaron buena parte de las personas que hay durmiendo en la calle. Además, el equipo de calle de Arrels ha aportado su conocimiento sobre algunas zonas de la ciudad donde no pudimos ir la noche del 15 de junio y donde sabemos que hay personas durmiendo. Así, hemos detectado que 1.231 personas duermen, como mínimo, en las calles de Barcelona actualmente.

En cuanto a los datos por distritos, hemos detectado 344 personas durmiendo en las calles de Ciutat Vella, un 28% del total; le sigue el Eixample, con 297 personas (24% del total) y Sants-Montjuïc, con 183 (15%). A continuación se posiciona el distrito de Sant Martí, con 159 personas durmiendo en la calle (13% del total); Horta-Guinardó, con 67 personas (5%); Nou Barris, con 54 personas (4%); Les Corts, con 43 personas (3%); Sarriá-Sant Gervasi, con 34 personas (3%); Gracia, con 32 personas (3%) y Sant Andreu, con 18 personas (1%).

La noche del 15 de junio recorrimos la totalidad de los distritos de Ciutat Vella, Sant Martí i Les Corts i gairebé todo el Eixample, Sants-Montjuïc y Gracia. Solo pudimos cubrir, no obstante, una parte de Sarriá Sant Gervasi, Horta-Guinardó, Nou Barrios y Sant Andreu.

 

 

 

¿Qué podemos hacer?

 

Desde Arrels tenemos una serie de propuestas para hacer frente al sinhogarismo que queremos hacer llegar tanto a la ciudadanía como las administraciones.

  1. Garantizar el derecho a la vivienda, más allá de los servicios sociales.
    La vivienda pública en Barcelona no supera el 2% y las personas sin hogar tienen dificultades para acceder. El Plan de Lucha contra el Sinhogarismo 2016-2020 proponía habilitar 150 viviendas siguiendo el modelo Housing First, un objetivo que no se ha logrado. Pedimos más facilidades para que las personas sin hogar accedan a vivienda pública y a promociones habitacionales específicas para personas sin hogar.
  1. Abrir el acceso a la Mesa de Emergencias.
    La normativa de la Mesa de Emergencia en Cataluña establece que todas las personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad extraordinaria y de pérdida inminente de la vivienda, entre ellas las personas que viven en la calle, puedan acceder a una vivienda de alquiler social. A pesar de esto, la Mesa de Emergencias Sociales de Barcelona no lo contempla porque tiene una normativa propia. Proponemos modificarla para no dejar fuera las personas que viven en el raso. El acceso a la vivienda tampoco tiene que estar condicionado por la carencia de recursos económicos, el estado de salud de la persona y/o el consumo de tóxicos.
  1. Abrir espacios pequeños en cada barrio para que centenares de personas dejen de dormir en la calle.
    El objetivo es superar el modelo actual de albergues masificados y con lista de espera, y ofrecer un lugar seguro donde pasar la noche y adaptarse a las necesidades de las personas (mujeres y personas LGTBI, con animales de compañía, con adicciones y/o problemas de salud mental, etc). Proponemos espacios nocturnos, pequeños y ubicados por todo el territorio. Desde Arrels, hemos comprobado que es una opción que funciona y que es más económica.

Más información:

 

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