Las violencias que sufren las personas que viven en la calle son muy diversas y algunas incluso provocan la muerte. Desde Arrels hemos dado un paso más en la defensa de los derechos de estas personas y actualmente actuamos como acusación popular en tres procedimientos judiciales. Os lo explicamos.

El 12 de agosto de 2019 supimos que Anna Iggstrand había sufrido una muerte violenta. Anna había vivido en la calle, era una apasionada de la danza y desde hacía un tiempo vivía en la residencia Pere Barnés de Arrels. Tenía 46 años cuando la mataron. Unos meses después, en enero de 2020, desde Arrels accedimos como acusación popular al proceso judicial que está en marcha para esclarecer los hechos y pedir responsabilidades.

La muerte de Anna nos llevó, por primera vez, a personarnos en un proceso judicial como acusación popular. Decidimos hacerlo porque Anna no tenía a nadie más que se preocupara por ella, para queremos saber qué pasó realmente y para evitar que su muerte sea invisible.

Desde entonces, nos hemos personado también como acusación popular en otros dos casos judiciales: por un lado, en el caso de Imad, Juan Ramón y Jean Pierre, que durante los meses de confinamiento fueron asesinados presuntamente por una misma persona mientras dormían en la calle; por otro lado, en el caso de Marjan, hombre que vivía en la calle en Barcelona y que el 21 de noviembre de 2020 fue herido de bala por parte de la Guardia Urbana.

Desde Arrels, tenemos el convencimiento que todas estas personas han sido víctimas por el hecho de vivir en la calle y, por eso, queremos defender sus derechos aprovechando la fórmula de la acusación popular.

¿Por qué nos presentamos como acusación popular?

La acusación popular es una figura procesal que permite a una persona física o jurídica personarse en un procedimiento penal judicial y actuar jurídicamente, aunque no sea una de las partes afectadas directamente por el delito; permite incorporarse como acusación en un proceso judicial penal para defender la legalidad más allá del hecho concreto, puesto que sirve para defender intereses colectivos.

En los tres casos que antes explicábamos, son diversos los motivos que nos han llevado, como Arrels, a utilizar esta herramienta jurídica:

  • Defender los derechos de las personas sin hogar implicadas en los procesos judiciales y que han sido víctimas de violencia por su situación de sinhogarismo. El hecho de vivir en la calle hace que las personas estén más expuestas a sufrir violencia directa y estructural y, desde nuestra posición de acusación popular, pretendemos dotar de voz pública a las víctimas en este sentido.
  • Estar al día de las investigaciones y del rumbo que van teniendo. Queremos velar por la defensa de los derechos de las personas sin hogar que han sido víctimas y que conocíamos; el objetivo es hacer todo lo posible para entender el motivo por el cual han muerto o han sufrido una violencia importante. Por ejemplo, en el caso de Marjan –acusado por la Guardia Urbana-, ser acusación popular nos permite velar para que se respeten sus derechos hasta que la justicia dictamine.
  • Romper prejuicios y prevenir la aporofobia. Desde nuestra experiencia, sabemos que hay miedos, estereotipos y prejuicios hacia las personas sin hogar a causa del desconocimiento de esta realidad. Presentarnos como acusación popular nos permite resolver dudas en este sentido y actuar en los casos en los que estos factores estén presentes.
  • Aportar nuestra experiencia en la problemática del sinhogarismo. Actuar como acusación popular nos permite ir más allá de situaciones concretas, visibilizar los riesgos a los cuales están expuestas las personas que viven en la calle y defender los intereses de todas las personas sin hogar.

Una apuesta para defender derechos

No nos cansamos de insistir que tener que vivir en la calle supone para la persona estar más expuesta a agresiones y que la violencia hacia las personas sin hogar es una de las más invisibles y de las que menos se denuncian.

Según la encuesta a personas que viven en la calle en Barcelona que hicimos en 2021, el 46% de las personas sin hogar que entrevistamos afirmaba haber sufrido violencia física o verbal en los últimos meses; la cifra aumentaba hasta el 60% en el caso de las personas que hacía más de cinco años que vivían en la calle. ¿Por qué no se suele denunciar esta violencia? Muchas personas sin hogar creen que va implícita en su situación, no saben que se trata de un delito, piensan que no servirá de nada o tienen miedo a denunciar y que eso les juegue en su contra.

En este contexto, desde Arrels intentamos acompañar a las personas sin hogar que conocemos en la defensa de sus derechos, a través de nuestro equipo jurídico. Lo hacemos orientando en casos de agresiones y discriminación; con las gestiones y trámites necesarios para resolver y hacer el seguimiento de casos jurídicos que implican a personas que atendemos; y planteándonos nuestra participación en procedimientos judiciales de defensa de derechos fundamentales.

Más información

  • Si detectáis una situación de abuso a una persona por el hecho de vivir en la calle, podéis contactar con nuestro equipo jurídico llamando o enviando un mensaje al teléfono 635 439 400. Recogeremos el caso, orientaremos y apoyaremos jurídicamente. Si la situación de vulneración de derechos tiene lugar en la vía pública, la podéis grabar en imágenes y nos lo podéis hacer llegar.
  • Tener que vivir en la calle: de la violencia directa a las causas estructurales
  • Durante el estado de alarma detectamos un aumento de la inseguridad hacia las personas que viven en la calle en Barcelona; puedes leerlo aquí
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