Estos días, todos y todas sentimos una mezcla de angustia, incertidumbre y miedo, sensaciones que muchas personas sin hogar viven habitualmente. Con la situación actual, por el coronavirus, la realidad de las personas que viven en la calle es todavía más dura y urge que las administraciones las tengan en cuenta. Hemos analizado algunas de las respuestas que se han dado en diferentes partes del mundo a las necesidades de las personas que no tienen dónde confinarse; compartimos algunas conclusiones.

El sinhogarismo es un fenómeno que se produce prácticamente en todos los países; solo en la Unión Europea se estima que hay más de 410.000 personas sin hogar, según datos de la plataforma FEANTSA. Estos días, las principales respuestas que se están dando son dos:

  • Utilización de habitaciones de alojamientos turísticos. A causa de la situación están infrautilizados y en muchas ciudades son un recurso para ofrecer alojamiento de emergencia a personas que viven al raso. Es el caso de, por ejemplo, California, Londres y Toronto. Se trata de una solución efectiva ya que son espacios que permiten preservar la intimidad, la higiene y las distancias de seguridad necesarias pero que no deja de ser una respuesta de emergencia y temporal. Las personas que se alojan en estos espacios saben que cuando se termine el confinamiento y se vuelva a la normalidad, volverán a encontrarse en la misma precaria situación en la que estaban.
  • Habilitación de espacios públicos como polideportivos o pabellones para ofrecer muchas plazas en poco tiempo. Se trata también de una alternativa de emergencia y temporal. La privacidad o el mantenimiento de las distancias de seguridad son complicadas de respetar en estos recursos, que se han abierto en sitios como Bélgica y algunas ciudades de Canadá.

Coordinación entre administraciones, un mecanismo útil

El sinhogarismo es una problemática multicausal y debe ser abordado de forma integral, más aún en un contexto de emergencia sanitaria como el que estamos viviendo. Para hacer esto posible, es necesario que las administraciones se coordinen. En algunas regiones, como el estado de California y el Reino Unido, los gobiernos están transfiriendo recursos a los municipios para dar respuesta a las necesidades de las personas sin hogar.

Esta forma de actuar pone encima de la mesa la necesidad de elaborar y aprobar estrategias nacionales e integrales, así como la de que las administraciones se coordinen para abordar de la forma más efectiva el sinhogarismo. Finlandia, uno de los países en los que se ha reducido más el número de personas que duermen en la calle, es un país con una estrategia pionera y de ámbito nacional que tiene mucho en cuenta la capacidad de actuación de los municipios y la necesidad de proporcionarles los recursos suficientes.

En Cataluña prácticamente todo el peso recae en los municipios; la estrategia común lleva años pendiente de aprobarse y de implementarse. Sin un plan de acción compartido es muy complicado encontrar soluciones efectivas, por eso des de Arrels creemos que es urgente aprobar esta estrategia de manera urgente.

Con o sin coronavirus, las vulneraciones de derechos persisten

En diferentes Estados se ha declarado el confinamiento obligatorio y se han establecido sanciones para quien incumpla la normativa. Como también ha pasado en Barcelona, personas que viven al raso en diferentes partes del mundo han sido multadas por el hecho de estar en la calle. Se han contabilizado casos en países como Italia y Francia, complicando aún más la situación de estas personas.

En este contexto, algunas ciudades no han dado ninguna respuesta a las personas que duermen en la calle o han planteado alternativas estigmatizadoras. Un ejemplo es el caso de Las Vegas, donde se confinó a personas sin hogar en un aparcamiento al aire libre, separadas por unas líneas pintadas en el suelo. También destaca el caso de Pretoria (Sudáfrica), donde el ejército rodeó a centenares de personas que viven en la calle para enviarlas a un estadio y confinarlas en condiciones precarias.

La pandemia acabará, ¿el sinhogarismo también?

Los efectos de la crisis serán notables y afectarán especialmente a las personas más vulnerables. Por este motivo, es necesario plantear alternativas y pensar a largo plazo. Con o sin pandemia, quien duerme en la calle seguirá expuesto a muchos riesgos como el frío, el calor, la inseguridad o los problemas de salud. Des de Arrels, creemos que:

  • Hacen falta políticas que apuesten por la vivienda como la mejor herramienta para acabar con el sinhogarismo. El enfoque utilizado hasta ahora, basado en los servicios sociales, no va a la raíz del problema.
  • Los recursos de emergencia temporales, protagonistas estos días, no son la respuesta adecuada. ¿Cuando termine el confinamiento, las administraciones permitirán que las personas ahora acogidas vuelvan a la calle?
  • Aprobar e implementar la estrategia integral para el abordaje del sinhogarismo en Cataluña tiene que ser una prioridad, ya que sin un plan de acción conjunto será muy difícil abordar la problemática. Los municipios deben tener este apoyo transversal para atender, desde el ámbito local, a todas las personas que viven en la calle sin derivarlas a los recursos de ciudades más grandes.
  • La planificación de las soluciones para erradicar el sinhogarismo debe ser a largo plazo pero es también necesario actuar en el corto plazo para que menos personas vivan en la calle. En este sentido, proponemos abrir espacios de acogida de baja exigencia, pequeños y no masificados, que tengan en cuenta las necesidades de las personas y ubicados en cada barrio.

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