Como fomentamos una ciudadanía participativa y crítica? Qué podemos hacer para romper prejuicios? Desde Arrels creemos que la respuesta está en la formación y la educación. Por eso, organizamos actividades de sensibilización, como charlas en centros educativos, encuentros virtuales y rutas por la ciudad. El objetivo es aproximar a niños y jóvenes a la realidad de las personas que viven en la calle y que las conozcan de primera mano. El curso pasado llegamos a más de 5.000 estudiantes.

 

“Te escribimos esta carta para agradecerte que nos hayas enseñado a valorar mucho más las cosas que tenemos y que a nosotros nos parecen muy simples, como por ejemplo: entrar y salir de casa cuando queremos, poder ducharnos cada día, comer siempre que tenemos hambre, no pasar frío, mirar la televisión…También queremos felicitarte por ser tan valiente y haber sido capaz de salir de esa situación tan difícil que es vivir en la calle. Estamos contentos de saber que hay personas buenas que ayudan a otras sin esperar nada a cambio. Nos gustaría legar a ser este tipo de personas. ¡Gracias, Germán, esperamos que seas muy feliz el resto de tú vida!”

Esta es la carta que redactaron los niños y niñas de 6.º de la Escuela Fort Pienc de Barcelona para Germán, una persona que acompañamos desde Arrels. Germán vivía en la calle y pasaba las noches a la Estación del Norte, a tocar del centro educativo; ahora vive en su casa, pero se hizo conocido en la escuela cuando pusimos un mural con su fotografía a la fachada de su edificio, en el marco del proyecto #Visibles. Entonces, lo invitaron a explicar la suya historia al alumnado de la escuela. “Tantos años aquí y nadie me conocía. Ahora soy famoso”, reflexionaba Germán después de la charla.

Para Germán, esta experiencia ha sido un reto, pero también ha sido muy gratificante. Su testimonio es muy valioso – como también lo es lo otras personas que viven o han vivido en la calle – y en Arrels nos ayuda a acercar la realidad del sinhogarismo a niños y jóvenes.

Proyectos educativos como este son centrales para nosotros. Por eso, ofrecemos actividades de sensibilización para niños y jóvenes y trabajamos con la metodología de aprendizaje y servicio. Lo hacemos con una mirada transformadora, aprovechando el potencial de la experiencia vivida para que chicos y chicas puedan implicarse posteriormente para mejorar la sociedad en la cual vivimos, y porque creemos en la importancia de una ciudadanía crítica para transformar las cosas.

Experiencias para acercar la realidad de las personas que viven en la calle

El curso pasado hicimos varias actividades de sensibilización como charlas en los centros educativos, encuentros virtuales y rutas por la ciudad para que niños y jóvenes puedan aproximarse a la realidad de las personas que viven en la calle y las conozcan de primera mano, acompañadas de las voluntarias que se implican para dar a conocer el proyecto. Con estas actividades llegamos además de 5.000 estudiantes de varias etapas.

• Además de las charlas en centros educativos, las rutas por la ciudad, las exposiciones y otras actividades de sensibilización, desde Arrels ofrecemos materiales para trabajar el sinhogarismo en el aula como videos, testigos, libros, informes, y orientamos estudiantes universitarios o de grado que necesitan información para sus trabajos de investigación.

• También planificamos proyectos en los cuales se pueden involucrar los centros educativos cada trimestre. Entre estos proyectos está el acto que organizamos cada año en octubre en recuerdo de las personas sin hogar que nos han dejado. El año pasado, montamos la jornada de recuerdo en la Plaza de la Catedral e invitamos a diferentes grupos de alumnos que nos visitaron para acercarse a la problemática del sinhogarismo y conocer los riesgos de vivir en la calle. Les explicamos que el hecho de vivir en la calle tiene un impacto directo sobre la salud de las personas y comporta perder una media de más de veinticinco años de esperanza de vida. Además de participar a la charla de sensibilización, el alumnado del instituto Joan Maragall de Badalona colaboró en el montaje del acto y puso su granito de arena para que no haya nadie sin recuerdo.

• La participación de grandes y pequeños en las actividades es muy importante: el hecho de involucrarse en un proyecto hace que las personas lo sintamos más nuestro, y en Arrels lo tenemos mucho en cuenta. Con este precepto organizamos la Ruta del proyecto #Visibles, en el cual contamos con la colaboración de un grupo de alumnos de Integración social del Centro Comercial Catalán. Nos ayudaron con la prueba piloto de la ruta; también estuvieron en contacto nuestro equipo de calle para hacer vínculo y trabajo comunitario con personas que conocemos en Nou Barris, que es la zona donde está su instituto. Ahora, esta ruta ha llegado muy lejos: se ofrece a grupos escolares y propone un paseo por Ciutat Vella de la mano de una persona que ha vivido en la calle y una voluntaria de la entidad, para acercar a niños y jóvenes la realidad de las personas que viven en la calle.

• Otro ejemplo de las actividades educativas que llevamos a cabo es el proyecto que hicimos con el grupo de tercero de Secundaria de la Escuela Mistral de Sant Feliu de Llobregat. Este grupo desarrolló un proyecto de acción política y, además de colaborar en el mapeo de la arquitectura hostil en diferentes municipios del Baix Llobregat, acabaron escribiendo una carta a su ayuntamiento para solicitar un recuento de las personas sin hogar que hay en el municipio. El hecho de hacer un mapeo de la arquitectura hostil de los barrios despierta conciencias, trabaja la faceta comunitaria de la escuela y la implicación de vecinos y vecinas de todas las edades.

Voces de la calle y del voluntariado

Un objetivo muy importante en Arrels es despertar conciencias y visibilizar la situación de las personas que viven en la calle. Por eso, cada semana hacemos charlas en centros educativos sobre la problemática del sinhogarismo, con el objetivo de romper prejuicios. Para dar respuesta a las preguntas que nos plantea el alumnado, desde Arrels trabajamos información de contexto que ofrecemos a los equipos educativos y hacemos propuestas de reflexión para trabajar en grupo. Además del punto de vista de las personas trabajadoras y voluntarias de la entidad, incorporamos el testimonio vital de personas que han vivido o viven en la calle y que explican de primera mano su experiencia.

“Las charlas son para que la gente aprenda, sepa cómo estamos, los problemas que hay la calle, que no pasen de largo sin ver a las personas. La gente tiene que entender cómo estamos. A mí enseñar a los jóvenes y niños me llena de satisfacción, ¡hay gente que incluso me conoce por dar las charlas!”, explica Fran, que vive en la calle y colabora compartiendo su testimonio.
Junto con Fran, Albert es muchas veces el encargado de hacer las charlas. Él es voluntario de Arrels y hace unos cuatro años que colabora con el equipo de sensibilización. Cuando le preguntamos cómo encaran la conversación con los alumnos, Albert lo tiene claro. “Nos presentamos: yo me llamo Albert, él se llama Fran y tenemos la misma edad. La diferencia es que yo hoy cuando acabe la charla me iré a casa y él se irá a la calle”, dice.

Albert tiene muy claro que una vez acabada la charla es importante que niños y jóvenes tengan claros tres conceptos: sinhogarismo, aporofòbia y la mirada hacia las personas sin hogar. “Les explicamos cuántas personas viven en la calle, les preguntamos si han visto personas sin hogar, si en su barrio han encontrado alguien durmiendo en la calle. Es la manera de implicarlos. Les preguntamos también por qué creen que hay gente durmiendo en la calle y hablamos así, a veces, de los prejuicios. También explicamos cómo empezó Arrels, que gestionamos pisos y acompañamos a personas y hablamos del derecho a la vivienda”, relata.

Mientras tanto, Fran explica sobre todo su experiencia. Le gusta comentar que cuando ves una persona en la calle le tienes que preguntar si está bien, que necesita, tratarla bien. Albert se siente motivado por el hecho de hacer pensar, poner los alumnos en un contexto de hacerse preguntas, fomentar el espíritu crítico. Pero, Albert tiene muy claro quién despierta más interés de los dos: “cuando acaba la charla, niñas y niños se van con Fran”, ríe.

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