Antonio

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"En verano no hay manera de descansar"

Antonio

Més de 30 años viviendo en la calle

En el mismo rincón donde en invierno estás tranquilo y nadie te molesta, en verano no hay manera de descansar. Te pongas donde te pongas, había mucha gente y ruido. El problema más grande es la gente, que no te deja dormir por la noche. Yo, cuando estaba en la calle, dormía al pasaje del Reloj, en la plaza George Orwell, y allá había mucha gente.

A veces, en verano a veces también me iba a dormir a la playa y a las 6 de la mañana hacía una ducha. La policía empezaba a pasar por allí a las 7:00, entonces podía ducharme antes. Si hacía esto no tenía problema con las duchas, porque había muchos lugares que cerraban, en verano. Yo creo que los servicios no tendrían que cerrar nunca, el hecho de poder ofrecer servicios no tendría que depender de si hay personal de vacaciones.

Más allá del calor, acceder a los recursos públicos se hace casi imposible en según qué zonas. Están saturados y si la primera noche en un albergue lo pasas mal, ya no vuelves. Se tendría que tener más en cuenta la diversidad y particularidad de las personas.

Yo tuve a Blanco, mi perro, durante quince años. Y la mejor época que pasé con él fueron los últimos dos años, cuando se empezaron a adaptar los servicios a las personas que vivíamos con perros u otros animales. Hay muy pocos recursos que permiten entrar con perros.

A Blanco y a mí nos ayudaba la gente, cuando estábamos en la calle. Siempre me ayudaron mucho, sobre todo los años de la pandemia. En pleno invierno, si me habían robado la manta o la policía se lo había llevado, a la siguiente noche volvía a tener una, gracias a los vecinos. Si no bajaba uno, bajaba el otro.

Ahora estoy muy contento. Hace un año que he entrado en un piso y puedo dormir bien, comer a un horario normal, hacer mi vida. Todavía no estoy del todo habituado, es normal porque he vivido muchos años en la calle. Y me gustaría que más gente pudiera tener la suerte que tengo yo”.