Crece en un 32,1% el número de personas sin hogar en Barcelona


En Barcelona hay 2.791 personas sin hogar: 1.533 durmiendo directamente en la calle o en asentamientos en varios puntos de la ciudad, y 1.258 personas más alojadas en los recursos de atención públicos y privados existentes. En total, un 32,1% más que hace cuatro años. Los datos los da la Red de Atención a Personas Sin Hogar en un informe basado en un recuento nocturno de personas sin hogar realizado en noviembre.

El pasado 8 de noviembre unos 700 voluntarios recorrieron los diez distritos de Barcelona con el objetivo de contar a las personas que aquella noche dormían en las calles de la ciudad. A la información obtenida se sumaron las cifras aportadas por los recursos residenciales públicos y privados que alojan personas sin hogar y datos del Servicio de Inclusión Social. El resultado de aquella noche se materializa ahora en un informe que da un dato preocupante: en los últimos cuatro años el número de personas sin hogar en Barcelona ha crecido un 32,1%.

Según la Red de Atención a Personas Sin Hogar (XAPSLL), que impulsó el recuento nocturno en 2011 y 2008, los resultados obtenidos confirman que “se está produciendo un incremento progresivo del número de personas sin hogar” en Barcelona. De las 2.891 personas sin hogar que se estima que hay en la ciudad, 838 duermen en la vía pública, 1.258 lo hacen en recursos residenciales de la administración y entidades sociales, y 695 personas viven en asentamientos.

“Entre el primer recuento realizado en marzo de 2008 y el más reciente del 8 de noviembre, el número de personas pernoctando en la calle ha aumentado un 27% y el número de personas alojadas en equipamientos de la XAPSLL un 5,7%”, afirman desde la Red de Atención a Personas Sin Hogar. El perfil de la persona que duerme en la calle es el de un hombre, de entre 26 y 45 años, que pernocta en algún tipo de espacio cubierto, sobre todo en los distritos de Ciutat Vella y Eixample. Las consecuencias de vivir en la calle se recogen también en la investigación y se resumen en un dato: la esperanza de vida de estas personas baja hasta los 58 años.

El informe destaca dos realidades más: el aumento de familias sin hogar y un “importante” incremento de personas que viven en asentamientos de caravanas o estructuras temporales, en naves, solares y edificios en desuso.

En este contexto, desde la XAPSLL plantean varias recomendaciones:

  • Incidir en la prevención para evitar situaciones de exclusión residencial y que más familias pierdan su casa, así como fomentar políticas de realojo rápido para las personas que se quedan sin hogar y que no necesitan un apoyo socioeducativo.
  • Contar con equipamientos adaptados a las nuevas necesidades de exclusión residencial y, en especial, a las familias con menores.
  • Crear recursos residenciales específicos para personas menores de 65 años que acumulan diversas problemáticas (sociales, sanitarias, psiquiátricas, orgánicas…).
  • Ampliar la oferta de plazas en recursos de acogida de baja exigencia para dar cabida al incremento de personas en la calle y atender a las personas con más dificultades para acceder a recursos de larga durada.

El impacto de la crisis

Para que una persona llegue a vivir en la calle deben acumularse diversas problemáticas durante un largo periodo de tiempo, como sufrir una enfermedad grave, perder el trabajo y no tener ingresos, quedarse sin el apoyo de la familia y amigos… Algunas de estas problemáticas se han acentuado durante los últimos años a raíz de la crisis económica; la más evidente es el aumento del desempleo.

Sin embargo, la destrucción de puestos de trabajo de los últimos años “no tiene una relación causal directa sobre el número ni la tipología de personas que no tienen un lugar donde vivir” ya que, “para caer en situación de sin hogar, hace falta que se produzcan en la historia de vida de una persona muchas rupturas con las redes de apoyo social y familiar”, explican desde la Red de Atención a Personas Sin Hogar. “No obstante, el incremento de la población sin hogar es un síntoma que evidencia el duro impacto de la crisis sobre las personas y las familias más vulnerables de nuestra ciudad.”

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