¿Cómo han atendido los municipios catalanes a las personas sin hogar estos días de lluvia y frío?


En Cataluña no hay cifras actualizadas que permitan saber cuántas personas viven en la calle ni una estrategia común operativa que oriente sobre cómo atender a las personas sin hogar. En el ámbito local, cada municipio lo hace de manera diferente pero en todos faltan recursos. Estos días de temporal de lluvia y viento han sido un ejemplo.

Los servicios y recursos que se dirigen a las personas sin hogar en Cataluña varían de un municipio a otro. En algunos no hay nada, otros cuentan con algún centro que ofrece servicios básicos y otros con mecanismos y recursos más diversos y adaptados. Tiene que ver con los presupuestos locales, con la voluntad política y con la necesidad de contar con un plan común para afrontar y resolver el sinhogarismo desde el ámbito catalán.

La Ley de Servicios Sociales en Cataluña dice que los municipios con más de 20.000 habitantes deben prestar servicios sociales básicos y que, en situaciones de emergencia, deberían ofrecer soluciones habitacionales de manera temporal. También tenemos la estrategia catalana para el abordaje del sinhogarismo; se presentó públicamente en julio de 2017 y debería servir de marco y dotar de presupuesto el ámbito local pero aún no se ha aprobado ni se ha hecho efectiva.

¿Qué pasa entonces cuando llega el frío o situaciones excepcionales como el temporal de lluvia y viento de estos días? Depende. Municipios como Barcelona o Tarragona tienen protocolos propios para activar algunos recursos cuando la temperatura baja de los 5ºC o de los 0ºC. La mayoría, sin embargo, siguen las instrucciones de la Dirección General de Protección Civil, que sigue las predicciones del Servicio Meteorológico de Cataluña. Desde el Meteocat avisan cuando la temperatura baja un 2% por debajo de la mínima habitual; es decir, que en muchos municipios se activan alternativas para las personas sin hogar cuando la temperatura es inferior a 0ºC.

A la voluntad de cada municipio

Hemos consultado qué se ha hecho estos días en diferentes ciudades catalanas para atender a las personas sin hogar. En algunas amplían plazas de albergue, en otras se sale a visitar a las personas para saber cómo están pero no hay alojamiento y en otros municipios no se ha activado ninguna operación específica. En general, se trata de acciones que se enfocan en la urgencia, insuficientes y que no tienen en cuentas las necesidades de las personas.

  • En Lleida, el Ayuntamiento activa el Plan Iglú entre los meses de noviembre y marzo. Este invierno ha habilitado 20 plazas adicionales en el albergue que está en funcionamiento durante todo el año (70 plazas en total) y, como se hizo el año pasado, ha abierto un refugio nocturno de urgencia con 39 plazas donde las personas pueden estar unos días. Desde el consistorio explican que se trata de una “respuesta de urgencia” y que este año han creado un equipo de profesionales para acompañar mejor a las personas. Hasta el momento, han atendido a 461 personas, muchas de las cuales han llegado estos días de municipios cercanos donde no hay recursos para las personas que viven al raso.
  • En Tarragona tienen un protocolo propio de activación del plan Iglú. Lo impulsan el Ayuntamiento, Guardia Urbana, Protección Civil y Cruz Roja cuando bajan las temperaturas o cuando se activa el plan NeuCat. Si el termómetro llega a 0ºC se ofrece a las personas sin hogar alojamiento en un albergue o pensiones. Este invierno, el plan Iglú no se ha activado a pesar de los episodios de lluvia y viento porque, según el consistorio, la temperatura no ha bajado tanto. El año pasado en Tarragona se hizo un recuento nocturno en el que se localizaron a 70 personas viviendo en la calle, un 23% más que en 2017.
  • En Girona, el dispositivo de emergencia de la operación frío se puso en marcha a principios de diciembre y se mantendrá hasta finales de marzo. Lo impulsan desde el consorcio La Sopa y este invierno ofrece 50 plazas nocturnas que suelen estar llenas. Cruz Roja también ha estado pendiente de las personas que viven en la calle en Girona y otros municipios cercanos.
  • Barcelona también cuenta con un protocolo propio. Cuando la temperatura baja hasta los 5ºC o llega diciembre, el Ayuntamiento habilita 75 plazas nocturnas hasta finales de marzo. Si se llega a los 0ºC, se activa la fase de alerta al considerar que “la vida de las personas se encuentra en riesgo” y se abren 325 plazas adicionales. Esto último, sin embargo, no suele pasar y las plazas no se suelen abrir. En Barcelona hay más recursos para las personas sin hogar pero siguen siendo insuficiente porque en la calle viven 1.200 personas, una cifra que ha aumentado en un 83% en los últimos 11 años. Estos días de temporal por lluvia y viento no se ha activado la operación frío sino una acción “excepcional” y de emergencia por el temporal de viento  en la que se han habilitado 130 plazas nocturnas durante dos noches. La primera noche durmieron 64 personas sin hogar y la segunda, 83.
  • En los 36 municipios del área metropolitana de Barcelona no hay casi servicios ni recursos para las personas sin hogar y, cuando bajan las temperaturas, las actuaciones son diversas. En L’Hospitalet del Llobregat, con más de 250.000 habitantes, el dispositivo de la operación frío prevé aumentar de 31 a 46 las plazas del único albergue de la ciudad pero estos días de temporal no se ha hecho porque, según el consistorio, había plazas libres y no ha hecho falta ampliar su capacidad. En Badalona, el Ayuntamiento y entidades sociales han habilitado un albergue con 25 plazas que abrirá hasta finales de marzo mientras que en Santa Coloma de Gramenet no se ha hecho ninguna actuación y desde el colectivo Nadie Sin Hogar denuncian que en la ciudad viven una veintena de personas en la calle pero no hay ningún centro de acogida nocturno de urgencias. Por otro lado, en El Prat, como en otros municipios metropolitanos, tienen reservadas algunas de las 75 plazas de alojamiento de urgencia que hay en el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona.
  • Fuera del área metropolitana de Barcelona, ​​municipios como Sabadell y Terrassa han activado protocolos para atender a las personas que duermen en la calle. En Terrassa, abriendo de manera puntual un recurso para pasar la noche y, en Sabadell, visitando a las personas que duermen al raso en coordinación con Cruz Roja. Precisamente con el apoyo de Cruz Roja, en otros municipios como Sitges y Mataró se han abierto albergues y plazas provisionales donde las personas sin hogar se han podido resguardar.

Soluciones más allá del termómetro

Los dispositivos invernales para personas que duermen en la calle se activan porque cuando bajan las temperaturas se considera que la salud y la vida de la persona está en grave peligro. Por eso los recursos son temporales, porque el frío extremo dura unos días y luego se va. Las personas sin hogar, sin embargo, no desaparecen y los riesgos de vivir en la calle que van más allá del frío, como las agresiones físicas, continúan.

El reto que comparten todos los municipios catalanes es mirar más allá del termómetro. En Barcelona hay un servicio específico para atender a las personas sin hogar que cuenta con un equipo de calle y existe un plan de lucha contra el sinhogarismo. En Tarragona, Ayuntamiento y entidades sociales han empezado a trabajar en red para afrontar el sinhogarismo durante todo el año y acompañar mejor a las personas. En Girona también intentan acompañar durante todo el año a las personas que viven en la calle y tienen un equipo de calle formado por educadores sociales y profesionales de la salud mental, mientras que en Lleida tienen como objetivo ofrecer alojamiento estable a las personas.

Desde Arrels, apuntamos algunas propuestas:

  • A corto plazo y durante la estación invernal, todos los municipios deberían saber qué deben ofrecer y durante cuánto tiempo a las personas sin hogar y contar con recursos económicos para hacerlo. Para que acciones como esta sean más efectivas también es necesario que durante todo el año se acompañe las personas sin hogar generando vínculos y confianza.
  • Implementar la estrategia catalana para abordar el sinhogarismo y criterios comunes que vayan más allá de la estación invernal y apuesten por recursos de alojamiento estable. La temperatura no puede ser un criterio para que una persona que vive en la calle pueda acceder a un alojamiento. Actualmente, unos 70 municipios catalanes activan algún tipo de recurso habitacional durante unos días o semanas cuando baja la temperatura. Hay pocos municipios, en cambio, que hayan apostado por la vivienda estable.
  • En el ámbito local, cada municipio de velar por sus vecinos y vecinas. Comprar un billete de tren a una persona que vive en la calle para que se desplace a una ciudad mayor solo traslada la problemática.
  • Promover más vivienda social y específica para las personas que duermen en la calle, en Barcelona y en el resto de municipios. En la capital catalana, pedimos abrir la Mesa de Emergencia para que las personas que se encuentran en situación de calle puedan acceder a una vivienda social.
  • Mientras se trabaja para habilitar más alojamiento estable, proponemos abrir espacios de acogida de baja exigencia, pequeños y no masificados, ubicados en cada barrio y que se adapten a las necesidades de las personas.

 

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